Se dice que con el tiempo la gente se hace
más sabia, pero para tener un proceso de evolución es necesario romper toda
relación con los fantasmas del pasado y todos los complejos deben ser
superados, sino terminamos siempre en círculo; repitiendo nuestros mismos
errores, sin importar la edad; cuanto más inseguros somos buscamos más la
aceptación y admiración de los demás. Todos buscamos, en cierta forma, esa
aceptación, todos tenemos en cierto grado esa inseguridad y el deseo de encajar
en una sociedad, a la que poco le importamos como ser individual… El problema comienza cuando
también esperamos que nos envidien y creemos que lo hacen, cuando esto sucede, es que los complejos
del pasado siguen presentes y no han sido superados, por ende, no podemos
esperar resultados distintos si somos los mismos de antes.
Si tenemos esa disforia, esperando que
los de nuestro entorno deseen ser “nosotros”, en el fondo es más bien una forma de sentirnos mejor con nosotros mismos; esa reafirmación
es necesaria para que nuestros complejos se vayan, aunque sea momentáneo;
mostrando así que no somos felices sino no tendríamos que demostrar nada a
nadie. Ahora con las redes sociales todos demostramos, no lo que somos,
sino lo que queremos que la gente admire y envidie; una felicidad irreal. La superficialidad ha
incrementado en todos y los fantasmas del pasado siguen en el presente.
Las personas viven su realidad; sus vidas con sus problemas y alegrías ni mejor ni peor que uno. Al fin y al
cabo, la felicidad está en uno mismo; todos tenemos días buenos y malos, la
felicidad no está en demostrar ni comparar nada. Lo ideal es encontrar a
esa persona que nos conozca tal cual y aun así nos ame, sin pretender ser lo que no somos.
El reloj avanza, no se detiene pero nunca es tarde para ser mejores y hacer lo correcto, lo seguro es que
todos llegamos al mismo lugar; al final de nuestros días.