Una charla de viernes entre el cerebro y el corazón a la luz de las
velas y un par de copas, siempre juntos pero nunca de acuerdo; uno serio y
objetivo, el otro soñador y sentimental, ambos defendiendo acaloradamente sus
posturas; ejemplos vienen y excusas van, las horas pasan alrededor del reloj
que avanza en círculos; la armonía no es parte del salón, mientras él
observa a éstos dos sin decir nada, se limita a servir las copas y a escuchar.
Nunca tomó partido por ninguno, no le interesa meterse en una charla de
dos, es simplemente el espectador de un debate constante e interminable;
diferentes salones y escenarios; misma charla.
Ser cuerdos no es más que una excusa para no
arriesgarse a ser feliz dice uno... y cuando en la vida das todo y se la ve tan
apasionadamente pasa a ser irreal contesta el otro. No se dan cuenta que ambos
dependen uno del otro para no perder la cordura, para no terminar vestidos de
blanco con un chaleco de fuerzas. Lo importante aquí es simplemente
demostrar quién tiene la verdad.
La razón es tan dependiente del sentimiento que si uno
se va el otro también perecerá; el cerebro necesita del corazón y viceversa, pero
aquí lo necesario no es saber que ambos son uno, sino saber quién está en lo
correcto. Es como cualquier matrimonio, lo importante es tener la verdad de su
lado, no importa lo que el otro piense, están juntos; si, se necesitan;
también, son dos en uno… el común denominador es el amor; pero éste se
limita a observar sin decir nada. Se tiene que ser coherente, lo que importa es
enfocarse en el mismo camino real, no se vive de romanticismo reclama el
cerebro, lo que realmente importa es la pasión y sentir que se pierde la
respiración al estar juntos se defiende el otro, y así una retórica redundante.
No, no están en armonía; la razón y el sentimiento,
cuando el amor es eso.... entender que se ama con ambos; con conciencia y con
sentimiento para que éste sea verdadero, duradero y válido; cuando la
cabeza decide que está bien y el corazón se limita a sentirlo así…
Con una sonrisa él solo los observa, no dice nada, sí,
están hablando de él, pero él; el amor es parte de ambos contrincantes, no
puede sacar partido por ninguno se limita a oír y a servirles un par de copas,
la clave está en que se pongan de acuerdo y dejen de demostrar quien está en lo
correcto.
No, por lo menos hoy eso no pasará, tal vez en otra
oportunidad, en otro momento.