Era una tarde fría de otoño, las hojas
bailan en vaivén, el viento su lamentación cantaba, mientras su canto acariciaba
mí llanto.
Tus manos cálidas me decían que me albergarías
y que en tu regazo yo me quedaría, pero tu
suspiro me susurraba al oído que te marcharías…. mientras yo me preguntaba si
te vería después….
Nadie dijo que esto sería eterno, ni que tendría
un final feliz, la felicidad es una quimera y el olvido una perdiz… Agarra mi
mano y no la dejes sucumbir, mientras ella no venga eres mío y te necesito para
existir… Mientras yo me preguntaba si el destino nos volvería a unir.
Ahora te vas con ella y en la cita no fui
invitada, no me dejes asustada! Que ella no te necesita como yo; en esta encrucijada.
Tú…. Tú me amas, eso creo, yo te amo y
por eso yo te clamo, no me dejes, no te alejes….
¿Por qué te tienes que marchar? ¿Por qué te
tiene que llevar? Te volveré a ver y serás mío de nuevo, ella ya no podrá interponerse entre nosotros, serás
mío, hoy te arrebata de mis manos pero en el invierno de mi vida te buscare y
te encontrare para que la muerte no nos vuelva a separar.
