domingo, 9 de marzo de 2014

NIÑOS DE LA CALLE


NIÑOS DE LA CALLE….

 Una luz a lo lejos… 2 farolitos que iluminan opacamente el oscuro camino.
Un reflejo de la nada en derredor.
Palabras del silencio zumban al vacío.


Donde quedaron las manos que guíaban su camino?
Cambió de posición; la extienden pero con la palma arriba.
Donde quedaron los corazones que alimentaban sus almas heridas?
Es difícil saciar el hambre cuando la manzana está podrida.
Es difícil encontrar el rumbo en los caminos desconocidos sin un compás que los guíe.

No se encuentra la palabra miedo en sus diccionarios, esta restringida.
No conocen el rocío de los ojos; están en sequía.
Has cambiado un colchón por un cartón.
La antorcha de tu camino se apagó antes de la primera chispa.


Miradas a la lejanía, a ésa lejanía que no es más que el final del destino.
Un camino que caminan con prisa; sin rumbo, sin dirección y sin guía… para llegar…
para llegar a donde?
A eso… solo al final.

sábado, 8 de marzo de 2014

MI TESTAMENTO....


A los aquí presentes; lo que dejo escrito en este testamento es mi última voluntad , la misma que si la estan leyendo es por que ya dejé este mundo.

Y mis bienes van como siguen:

Dejo la sonrisa a mi hija para que la use cuando se vista de amargura.

Dejo la sobriedad a mi hijo mayor para que se embriague de buen juicio que tal ves yo no lo use para con él.

Dejo la personalidad a mi hijo menor para que no sienta vergüenza si baña su alma desnuda con sus lágrimas mañaneras y enfrente al mundo con sus ideas y convicciones.

Dejo el aburrimiento y el mal humor a quien este dispuesto a reirse con ellos.

Y el amor; le dejo mis recuerdos vividos, un “te quiero” y un “por siempre” a aquel que estuvo dispuesto a aguantarme los últimos tantos años de mi vida, al que ha dado vida a mi sonrisa y a mi personalidad. Y pese a los idealismos y realismos es lo que más se asemeja a lo que yo llamo amor. Le dejo mis ojos para que no necesite espejo y pueda mirar en ellos su reflejo, le dejo mis brazos para que se abrigue con ellos si le hace frio, y le dejo mis labios cuando necesite un “te amo”.

Todo lo demas se lo dejo, aquí en un papel escrito, al señor Olvido para que recuerde de cuidarlos.