lunes, 16 de enero de 2017

TANTO, TANTAS VECES....

·         Pedimos tantas disculpas, tantas veces que nos olvidamos de que ésta no es una palabra sino más bien un sentimiento.

·         Sufrimos tanto, tantas veces y por lo mismo, con fe de que todo mejorará que nos olvidamos de que en el cambio está la respuesta.

·         Vivimos con tanta prisa,  tantas veces, contando que los días pasen y llegue el fin de semana, que nos olvidamos que el nombre del día, es solo eso; un nombre… y cuando menos nos damos cuenta, ya no contamos los días sino las arrugas de la cara.

·         Amamos tanto y tantas veces que nos olvidamos de amarnos a nosotros mismos.

·         Lloramos tanto y tantas veces por lo mismo, que no dejamos que la pequeña herida cicatrice y la abrimos tanto y tantas veces que nos cubre de pies a cabeza.

·         Discutimos tanto y tantas veces que se nos olvida el tópico y se vuelve solo una maratón para ver quién gana.

·         Nos excusamos tanto y tantas veces que llegamos a ser víctimas de nuestros propios errores.

·         Damos tantas lecciones de moral, tantas veces que nos sentimos jueces de las fallas ajenas cuando muchas de ellas son también nuestras.

·         Nos quejamos tanto y tantas veces que cuando algo bueno nos pasa, tenemos miedo de ser felices por temor a que sea pasajero.

·          Nos sentimos tan mal tantas veces por aquello que queremos y no tenemos y se nos olvida que se lucha por lo que se ama. No se espera a que todo sea perfecto, la perfección está solo en Dios y a nosotros nos toca amar la perfecta imperfección de alguien o algo…

·         Nos lastima tanto y tantas veces cuando la persona que amamos nos falla, que preferimos ser lastimados con otra persona al buscar comenzar de cero en otros brazos, sin intentar arreglar la relación… sin darnos cuenta que la falla no será la misma pero el dolor sí.