El Diagnostico
Cruza la calle; la luz en rojo. Todo el tráfico parado a su alrededor
Como todo en su vida; parado e inmóvil.
Caminando sin rumbo, la mirada perdida, los ojos sin brillo y un papel en la mano que dejó caer.
El diagnóstico no es alentador.
De pronto el despertador la devuelve a su vida cotidiana y normal.
Y el despertador suena como canción en sus oidos, y ella abre los ojos.
¿Era todo un sueño? Era más bien una pesadilla de la que despertó.
La sonrisa le volvió a la cara, era solo eso lo que necesitaba, el “despertador” a la hora indicada, justo antes de que un auto la pisara; despertó, un suspiro de alivio y una sonrisa, comenzaba su “día”
Corrió se vistió con la ropa más bella que compró, bailó, cantó, abrazo a quien a su paso vió.
Estaba viva! .
No era “mañana” no era el futuro, era el presente y tenía que vivirlo al máximo, ser feliz.
Y llegó el medio día y llegó la tarde, se sacó los zapatos, se metió al agua fría de la playa otoñal, se sintió mujer y viva, era el presente lo que importaba, el “despertador” la volvió a su realidad, ese reloj que con cada minuto que pasaba dejaba atrás un sin fin de alegrías, tristezas, amores y desamores vividos y se llevaba su vida como se lleva de apoco la vida de cualquier humano.
Pero era hoy, y estaba viva.
Pese a que el diagnóstico no era alentador.
Un zumbido en el oído, una bocina de tráfico; la despertó.
No….. el diagnóstico no era alentador, un papel que dejó caer al cruzar la calle, el cáncer había sido detectado muy tarde,
Pero….. estaba viva! No era “mañana” aun era hoy!
Y estaba viva; agradeció al auto que la despertó de su pesadilla, por lo menos por el momento despertó, ya que al anochecer de su vida dormiría para siempre.
Cruza la calle; la luz en rojo. Todo el tráfico parado a su alrededor
Como todo en su vida; parado e inmóvil.
Caminando sin rumbo, la mirada perdida, los ojos sin brillo y un papel en la mano que dejó caer.
El diagnóstico no es alentador.
De pronto el despertador la devuelve a su vida cotidiana y normal.
Y el despertador suena como canción en sus oidos, y ella abre los ojos.
¿Era todo un sueño? Era más bien una pesadilla de la que despertó.
La sonrisa le volvió a la cara, era solo eso lo que necesitaba, el “despertador” a la hora indicada, justo antes de que un auto la pisara; despertó, un suspiro de alivio y una sonrisa, comenzaba su “día”
Corrió se vistió con la ropa más bella que compró, bailó, cantó, abrazo a quien a su paso vió.
Estaba viva! .
No era “mañana” no era el futuro, era el presente y tenía que vivirlo al máximo, ser feliz.
Y llegó el medio día y llegó la tarde, se sacó los zapatos, se metió al agua fría de la playa otoñal, se sintió mujer y viva, era el presente lo que importaba, el “despertador” la volvió a su realidad, ese reloj que con cada minuto que pasaba dejaba atrás un sin fin de alegrías, tristezas, amores y desamores vividos y se llevaba su vida como se lleva de apoco la vida de cualquier humano.
Pero era hoy, y estaba viva.
Pese a que el diagnóstico no era alentador.
Un zumbido en el oído, una bocina de tráfico; la despertó.
No….. el diagnóstico no era alentador, un papel que dejó caer al cruzar la calle, el cáncer había sido detectado muy tarde,
Pero….. estaba viva! No era “mañana” aun era hoy!
Y estaba viva; agradeció al auto que la despertó de su pesadilla, por lo menos por el momento despertó, ya que al anochecer de su vida dormiría para siempre.