sábado, 26 de diciembre de 2015

ARCO IRIS

Existía una distancia abismal entre la punta de mis dedos que apenas tocaban la punta de los tuyos; la necesidad que aun tienes de que ésta verdad te mienta por un momento y todo vuelva a ser como cuando el sol brillaba, las flores nacían y los pájaros cantaban. Entiendo que a veces necesitas la cercanía de mi ausencia y que esta te envuelva; te conformas con tener cerca mi lejanía, pero mis pasos se han apresurado al escapar de una tormenta de ideas, sentimientos, culpa y desamor; se han alejado demasiado y el viento ha borrado las huellas del camino; no quedan rastros en la calzada para volver atrás.  Corre! La tormenta se acerca, corre! El arco iris ya saldrá, mientras tanto corre me decía…. Así me fui de aquí y te lleve conmigo, te quedaste solo y sin ti.
Cuando los pasos son apresurados y la tormenta te alcanza se lleva por delante todo lo que está a su paso, no queda más que una bullicioso silencio que retumba en nuestros oídos, cuando todo está destruido y el recuento de los daños es interminable; es entonces que esa distancia tan cercana se va con las pérdidas de la tempestad, es entonces que es necesario recoger las piezas rotas y tratar de armarlas como un  rompecabezas de lo que ha sobrado y es necesario soltar la mano ausente para que el sol pueda brillar de nuevo.
Después de cada tormenta hay un nuevo amanecer; después del ruido llega la calma, después de la tristeza vuelve la alegría. Ahora sueltas mi mano y llega la serenidad. Si un día llega una tormenta a tu vida, recuerda que la mía ya paso y puedes contar con mi arco iris para alivianar tus daños.